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martes, 2 de agosto de 2011

LA EXPERIMENTACIÓN VIVISECCIONISTA - PIETRO CROCE

LA EXPERIMENTACIÓN VIVISECCIONISTA*


Por Pietro Croce

La idea fundamental del antiviviseccionismo científico queda expresada en la siguiente proposición: Ningún experimento realizado con una especie puede ser extrapolado a ninguna otra especie. Este concepto básico ha sido aceptado no solamente por la mayoría de los antiviviseccionistas, sino también por los viviseccionistas que después de haberse percatado de la falta de fiabilidad de la experimentación animal han decidido utilizar al propio ser humano como modelo experimental para los seres humanos. Debemos considerarlos aliados de los antiviviseccionistas, porque admiten que la experimentación inter species (entre especies) tiene que ser rechazada totalmente. Sin embargo, siguen manteniendo que es válida la noción de la experimentación intra speciem (dentro de una misma especie), un método al que los antiviviseccionistas ponen estrictos límites, y no solamente por motivos éticos.
La experimentación intra speciem -que implica utilizar al ser humano como modelo experimental para la especie “humana”, al perro como modelo experimental para la especie “canina”- de hecho ofrece una alternativa atractiva que parece impecable desde el punto de vista lógico y científico. Sin embargo, no lo es. Por el contrario, la experimentación intra speciem es en muchos casos tan engañosa como la experimentación inter species. Esto es así porque se fundamenta en el error positivista básico que consiste en intentar aplicar métodos analíticos a las ciencias biológicas y naturales, y basándose en ellos subdividen los organismos vivos en las partes que los componen, las analizan y a continuación proceden a volver a ensamblarlas como si fueran partes de un rompecabezas, con la errónea creencia de que la suma del conocimiento de las partes equivale al conocimiento completo del todo.
No obstante, dicho planteamiento ignora un elemento imponderable que cada uno designamos con un nombre de acuerdo con nuestras raíces culturales, religiosas y nacionales. Podríamos denominarlo “alma”, “psique”, “inteligencia” o “espíritu”. Yo prefiero el término Vida, un atributo inmanente que está presente en todo lo que se mueve, crece, sufre, se reproduce y muere: es un atributo que no puede ser analizado ni cuantificado con procedimientos físicos, químicos o matemáticos, pero que a pesar de todo existe.
Un científico ortodoxo podría objetar lo siguiente: “No creo en un atributo que no puede ser analizado, precisamente porque no puede ser analizado. No creo en nada que no pueda ver o tocar”. ¿Y cómo puede responderse a estas afirmaciones? Usando el mismo lenguaje uno podría replicar lo siguiente: “Durante millones de años la gente no pudo tocar ni ver las ondas de radio, ni la luz infrarroja, ni los rayos cósmicos, ni la luz ultravioleta… pero a pesar de ello existían”.
“La aplicación sistemática del método analítico a las ciencias biológicas y naturales ha negado ese elemento denominado ‘Vida’ y ha llevado a la ciencia médica a un callejón sin salida, y para salir de él las generaciones futuras necesitarán dedicar todo su tiempo y todas sus energías” (Lépine, 1967). No obstante, la luz está empezando a brillar a través de unas pocas grietas que están aumentando más rápidamente de lo que podría esperarse.
Este proceso de neo-civilización debe mucho al contacto cada vez más frecuente y sencillo con los sabios, místicos, poetas y filósofos orientales. Esto no quiere decir que Occidente deba adoptar los modos de vida y pensamiento de Oriente, pero sí significa que tenemos que admitir que el modo occidental de vivir, pensar y aprender (o lo que es lo mismo, usar exclusivamente la ciencia) no es el único posible; no posee el don de la santidad ni el de la infalibilidad, ni tampoco es la llave de los secretos del universo. Muchas personas, incluso a pesar de no haber recibido formación científica (o quizá precisamente por esa razón), han llegado a comprender esta realidad intuitivamente. Es algo que queda demostrado por el número creciente de personas de diferentes grupos sociales y religiosos que están adoptando modos de pensar distintos de los de la mayoría, eligiendo con libertad y valentía nuevas formas de vida.
Volvamos a la cuestión de los experimentos viviseccionistas con humanos. Como argumentamos anteriormente, la experimentación intra speciem es con frecuencia tan engañosa como la experimentación inter species, especialmente cuando se trata de experimentación con humanos.
La experimentación con humanos fue ampliamente practicada en los campos de concentración nazis. El siguiente es un ejemplo típico de esos experimentos y tuvo lugar en los barracones de los deportados judíos. Un doctor les dio 24 horas para decidir si se ofrecían como voluntarios para un experimento. Al día siguiente, se presentaron muchos “voluntarios” para el proyecto. Fueron seleccionados 10 de ellos, de entre 20 y 30 años de edad. Fueron trasladados a unas instalaciones limpias y cómodas equipadas con buenas camas y baños decentes. La comida era abundante y de calidad. Sin embargo, los prisioneros sabían lo que les esperaba al final de esa carretera tan bien pavimentada, y a su debido tiempo llegaba el día del experimento.
¿Cuál era el propósito del experimento? “¿Durante cuántas horas puede un humano aguantar la inmersión en agua a temperaturas de entre 10 y 12 grados centígrados?” Ésa era la situación en la que se encontraban los pilotos de la Lutwaffe cuando se veían obligados a lanzarse en paracaídas en el Mar del Norte. Querían saber cuántas horas tenían las fuerzas navales y aéreas alemanas para rescatarlos. El experimento se llevó a cabo en una piscina. La agonía fue controlada con un cronómetro.
Éste fue solamente uno de los muchos experimentos realizados con prisioneros. Los archivos de Núremberg contienen informes de otras muchas atrocidades cometidas con propósitos experimentales, pero para nuestra tesis es suficiente comentar uno de ellos. Lo hemos mencionado no con el propósito de provocar críticas basadas en fundamentos éticos, sino para evaluar objetivamente la validez científica del experimento.
En realidad, el experimento carece de validez científica. Los doctores que lo realizaron sabían que habría sido absurdo utilizar animales y que con ese método “clínico” demostraban que su planteamiento era digno de la instrucción que habían recibido en sus excelentes universidades alemanas. Estaban equivocados, enormemente equivocados, al igual que lo estaban también los responsables de las universidades. El error podemos resumirlo en la siguiente afirmación: “En muchos casos los humanos no son modelos experimentales apropiados para los humanos”. ¿Por qué no? Porque en el mismo momento en el que una persona deja de serlo y se convierte en un modelo experimental, queda destruida la unión entre el cuerpo y el alma, el soma y la psique, la materia y la Vida. El investigador entonces no dispone más que de un trozo de materia vacía que tiene poco en común con la materia que poco antes actuaba como un vehículo para la Vida y la contenía en su seno.
Intentemos contestar la siguiente pregunta: ¿Podemos comparar una de esas desventuradas víctimas –separadas de su familia, transportadas en vagones para animales durante días sin comida ni agua, que eran hacinadas en sucios barracones, y que al final eran engordadas como cerdos para la matanza antes de experimentar una muerte horrible– con un piloto joven en buen estado físico, poseído por la emoción propia de la batalla, con determinación de sobrevivir y consciente de que sus camaradas tratarán de acudir en su rescate? ¿Acaso podemos establecer alguna comparación entre el conejillo de indias judío y el piloto heroico, y alguien duda quién de los dos es el que podría sobrevivir más tiempo en el agua fría? La respuesta parece evidente. “El conejillo de indias judío moriría primero, parece bastante obvio”. Sin embargo, no es así. Si analizamos la cuestión desde otro ángulo la conclusión es opuesta. Comparemos de nuevo el estado físico y psicológico de los dos sujetos, esta vez desde otro punto de vista:

1.              El judío víctima (o “modelo experimental”) del ensayo, privado de toda esperanza, se contrae en sí mismo y se prepara para su inminente liberación a manos de la muerte. Con su estado de introversión y resignación sus fuerzas vitales se deprimen, se relaja su tono muscular y se reduce la producción de hormonas reactivas (adrenalina y esteroides). El metabolismo queda ralentizado, los tejidos producen menos calor y éste se pierde en menor medida en el agua, por lo que la muerte por hipotermia se demora.
2.              Como contraste, el piloto combatiente pone en guardia todas sus energías mentales y físicas y se mantiene alerta y activo: aumenta la producción de hormonas reactivas, se eleva el tono muscular, aumenta la producción de calor y éste se pierde en mayor medida en el agua, con lo que la hipotermia llega rápidamente.

He aquí la paradoja: ambas hipótesis son científicamente válidas, aunque son antitéticas. La hipótesis identificada con un signo positivo queda anulada por otra hipótesis identificada con un signo negativo. El resultado aritmético es igual a cero. El experimento no enseñó nada y careció de relevancia.
De hecho, la historia reciente demuestra que ninguno de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis fue de utilidad para la ciencia médica. Sin embargo, dichos experimentos eran intra speciem, el ideal de los científicos de nuestros días, que más de 50 años después siguen efectuándolos, con lo que violan no solamente todos los preceptos morales, sino también toda la lógica científica.


ENSAYOS CLÍNICOS

Los ensayos clínicos son indispensables e inevitables. Paradójicamente, podría decirse  que si no se realizaran uno acabaría por llevarlos a cabo de todas formas. ¿Qué significa eso? Significa que si no se realizaran ensayos de forma sistemática y planificada en instituciones equipadas a tal efecto, y si los medicamentos nuevos fueran comercializados sin haber sido probados con anterioridad, los primeros sujetos experimentales involuntarios serían las primeras personas que los tomaran, con todas las posibles consecuencias –algunas de las cuales serían desastrosas– que podría haber. Todo nuevo medicamento o procedimiento diagnóstico debe ser probado con personas. ¿Y dónde está el problema? El problema está precisamente en la selección de dichas personas. Analicemos los criterios que deben guiar nuestra selección.

Ensayos con voluntarios sanos. Este método es inaceptable, por motivos técnicos y éticos.
La objeción técnica principal es que los medicamentos generalmente son administrados a personas enfermas, mientras que los voluntarios son, por definición, personas sanas. No es preciso ser un experto para darse cuenta de que un organismo enfermo no es igual que un organismo sano. Hasta la más simple de las enfermedades es capaz de cambiar muchos parámetros biomédicos (a veces todos) de maneras que pueden ser cuantificadas e incluso de formas que están más allá de nuestra capacidad de cuantificación. Como resultado de ello, la mayoría de las reacciones de una persona enferma son diferentes de las de una persona sana. Pueden proporcionarnos alguna indicación, pero son demasiado vagas para resultar válidas en términos científicos, especialmente cuando un concepto vago e impreciso puede llegar a ser transformado en la práctica en un peligro real y concreto.
La objeción ética es la siguiente. Los ensayos se llevan a cabo con voluntarios, es decir, con personas que aceptan la responsabilidad de lo que les pueda ocurrir. ¿De qué tipo de voluntarios se trata? Es posible que se trate de voluntarios pagados, lo que representa una clara contradicción. No es justificable que unas personas asuman esos riesgos, ni siquiera cuando la necesidad les obliga a vender sus cuerpos para convertirse en “pacientes”. El concepto de necesidad puede abarcar situaciones que van desde las peores formas de pobreza y hambre hasta el simple deseo de comprar una motocicleta. Por tanto, no debería ser responsabilidad exclusiva del voluntario demostrar la naturaleza voluntaria de su participación; todo lo contrario, es obligación de los investigadores decidir sobre la legitimidad ética de poner en riesgo la salud de otros. ¿Cuándo pueden estar seguros de que se encuentran dentro de los límites de dicha legitimidad? “Nunca”, ésa es la respuesta simple y absoluta, incluso cuando nos referimos a la categoría de los experimentos con voluntarios que “estén preparados para sacrificarse por el bien de la ciencia”. La sociedad humana se fundamenta en determinadas normas o convenciones aceptadas por la mayoría. El sacrificio mencionado se desvía claramente de esas normas, por lo que una conducta desviada de ese tipo solamente puede ser un signo de inestabilidad mental. Todo ello anula el concepto de participación “voluntaria”.
Los investigadores nos aseguran lo siguiente: “cuando reclutamos voluntarios les explicamos con precisión y objetivamente el objetivo del experimento y cómo se llevará a cabo, los controles que se aplicarán, y los riesgos que correrán (que siempre se califican de ‘insignificantes’)”. Sin embargo, la realidad es menos tranquilizadora. Como norma, la transacción entre el conejillo de indias voluntario y quienes desean realizar el ensayo se deja en manos de “persuasores profesionales”, enviados por la compañía farmacéutica interesada. Ellos saben cómo ganarse la confianza y la simpatía de los voluntarios para convencerles de que la elección depende exclusivamente de su voluntad, que nadie tratará de obligarles a actuar en contra de ella y que ellos, los “persuasores” son amigos y consejeros suyos, más inclinados a disuadirlos que a animarlos.
Sin embargo, ¿qué tipo de convicción puede formarse en la mente de una persona lega en la materia que escucha cómo le hablan de “transaminasas, fosfatasas alcalinas, o función hematopiética”, unas palabras que son inteligibles para el persuasor pero que para la víctima solamente poseen el efecto hipnótico de las promesas realizadas por el oráculo de Delfos?

Ensayos con engaño. Los ensayos que se realizan con pacientes que sufren una determinada enfermedad, persuadiéndoles para que acepten someterse a una terapia o a un procedimiento diagnóstico útil para una enfermedad diferente, lo que suelen conseguir inculcando a la víctima una esperanza ilusoria en sus posibles efectos beneficiosos; por ejemplo, los responsables del ensayo pueden probar una terapia antirreumática con un enfermo de cáncer después de convencerle con afirmaciones vagas e imprecisas del tipo “Nunca se sabe si…”, o “Se ha observado que…”, o cualquier otra similar, y dichas palabras normalmente son suficientes para aprovecharse del desventurado paciente, cuyas defensas psicológicas pueden ser quebradas con un poder de persuasión muy reducido y con la ilusión de una frágil esperanza.

Ensayos homólogos. Estos ensayos clínicos son legítimos desde el punto de vista técnico y éticamente aceptables. Son homólogos (relacionados) con el paciente, porque se entiende que la investigación se desarrolla en beneficio del paciente en particular, y no para el de otros ni para el de la comunidad; también son homólogos con la enfermedad, es decir, están relacionados con la enfermedad para cuyo tratamiento se llevan a cabo los ensayos, y exclusivamente con dicha enfermedad. Los ensayos homólogos deben estar sujetos a unas normas muy estrictas:

1.             El participante en el ensayo debe estar aquejado de una enfermedad. Por tanto, los voluntarios deben quedar excluidos si están sanos o si padecen una enfermedad diferente.
2.             El medicamento o el procedimiento diagnóstico deben poseer características que sean razonablemente aceptables para actuar en beneficio del tratamiento de esa enfermedad concreta.
3.             El paciente debe dar su consentimiento. Si no puede otorgar su consentimiento por padecer alguna incapacidad, debe solicitarse el permiso a otra persona que esté capacitada para otorgarlo en beneficio exclusivamente de los intereses del paciente.
4.             El tratamiento o el procedimiento diagnóstico solamente deben ser aplicados cuando no existan otros métodos conocidos para beneficio del estado de salud del paciente.


Como puede verse, el paciente está en el centro de todos los esfuerzos terapéuticos: todo debe estar diseñado para mejorar su estado. Queda implícito que no debe llevarse a cabo ningún ensayo en el que alguien sea sacrificado en beneficio de otros muchos, porque eso es una aberración que ha provocado un gran daño y sufrimiento a los “muchos” que constituyen colectivamente la humanidad, que lleva siendo miles de años víctima en su conjunto de unos indeseables “benefactores”.

Conclusiones

Las siguientes conclusiones resumen el pensamiento antiviviseccionista en general:

1.              Los experimentos que se realizan con animales de especies no humanas son engañosos y por lo tanto causan perjuicio a la salud humana.

2.              Los experimentos con seres humanos tienen unas limitaciones técnicas y éticas muy estrictas.

En este punto, un científico habituado a razonar exclusivamente en términos de experimentación podría objetar lo siguiente: “¿En qué métodos podemos basar entonces el progreso de la medicina?” La respuesta es que no hay ningún ámbito de la ciencia que pueda confiar su progreso al método experimental exclusivamente, y así ocurre también en no menor medida en el terreno del progreso médico. En todas las disciplinas científicas, la experimentación va de la mano de la observación de los fenómenos naturales. Esto es particularmente cierto en el campo de la medicina. En realidad, podría decirse que la medicina está basada en sus dos terceras partes en observaciones y en una tercera parte en la ciencia experimental. Desafortunadamente, la parte experimental fue absorbida desde el principio por el gran error metodológico que representa la vivisección.
En consecuencia, la vivisección ha sido un error global y debe desaparecer. Los futuros investigadores, que estarán libres de dicho error, podrán basar la investigación médica en unos fundamentos genuinamente científicos. Eso requerirá efectuar una revisión total, difícil y desagradable de todos los conceptos que se han enseñado hasta ahora y que han actuado en detrimento de todos nosotros y de la profesión médica. Los futuros investigadores deben devolver a la medicina la integridad científica que ha sido usurpada por la aberración viviseccionista.

Sobre el autor:

Pietro Croce es una luminaria de la ciencia médica. Nació en Dalmacia en 1920, se graduó en la famosa Universidad de Pisa, Italia. Cursó estudios en Denver, Ohio y Barcelona. Entre 1952 y 1982 fue jefe del laboratorio de Anatomía Patológica en el Hospital L. Sacco en Milán, Italia. Miembro del Colegio Americano de Patólogos. Prolífico autor de libros de medicina y artículos científicos publicados en varios idiomas.

*El presente texto es un extracto de Vivisection or Science? An investigation into testing drugs and safeguarding health, Zed Books, New York, 1999.



domingo, 31 de julio de 2011

Matanza de Inocentes

HANS RUESCH
MATANZA DE INOCENTES
LOS ANIMALES EN LA INVESTIGACIÓN MÉDICA


EL PRIMER LIBRO QUE DEMOSTRÓ QUE LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES ES UN FRAUDE CIENTÍFICO.

Matanza de Inocentes, publicado por primera vez en 1978, sentó las bases del movimiento antiviviseccionista moderno con su demanda de una abolición definitiva de la vivisección. Su denuncia de los argumentos fraudulentos que suelen emplearse para defender la experimentación animal causó una gran conmoción en muchos países. La presente edición acerca este imprescindible libro a todos los lectores de habla hispana.

Miles de autoridades médicas han afirmado, implícita o explícitamente, que la vivisección no solamente es inútil, sino que además es perjudicial para la investigación médica. Hans Ruesch demuestra en Matanza de inocentes que todos los experimentos con animales se realizan para beneficiar exclusivamente al poderoso conglomerado médico-farmacéutico, en detrimento de la verdadera ciencia y del bienestar de los animales que son utilizados en experimentos crueles y absurdos.
Los innumerables testimonios científicos incluidos en este libro le ayudarán a comprender que la vivisección daña gravemente nuestra salud. Cirujanos como Lawson Tait, patólogos como Pietro Croce y médicos como Robert S. Mendelsohn han afirmado que la experimentación con animales de especies no humanas carece de validez científica y proporciona resultados que han tenido consecuencias catastróficas para los pacientes.

INCLUYE UN EXTENSO APÉNDICE CON VARIAS PUBLICACIONES FUNDAMENTALES:
INFORME SOBRE PETER SINGER, editado por Hans Ruesch. En sus páginas se demuestra que algunos supuestos defensores de los animales como Peter Singer ocultan a la opinión pública las pruebas científicas que existen contra la vivisección.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA VIVISECCIÓN. Colección de preguntas y respuestas publicada por Hans Ruesch en la que el autor contesta a las principales cuestiones relacionadas con la experimentación animal.
LA VIVISECCIÓN ES UN FRAUDE CIENTÍFICO. Impactante recopilación de fotografías editada por Hans Ruesch. Muestra la realidad que los vivisectores intentan ocultar.
LA VIVISECCIÓN Y EL ABISMO DE LA INTOLERANCIA. Riguroso y exhaustivo análisis de la vivisección en España.


Reacción internacional a la publicación de Matanza de Inocentes:

Italia

Il Tempo. Las pruebas reunidas por Hans Ruesch son tan sólidas e impresionantes que dejan al lector sin aliento.
Stampa Sera. Una acusación violenta y bien documentada contra la vivisección y contra sus hallazgos erróneos que solamente han contribuido a crear enfermedades. Un libro excepcional y valiente.
L’Unita. No es sorprendente que los aprendices de brujo fabriquen medicamentos que provocan cáncer.
Corriere della Sera. Una denuncia vibrante de las atrocidades cometidas en nombre de la ciencia.
Il Piccolo. Podemos luchar contra quienes usan nuestro dinero y causan daños a nuestra salud por el bien de sus carreras y para obtener beneficios económicos, y debemos hacerlo cuanto antes.
Roma. Un análisis despiadado, “una vivisección de la vivisección”. Fascinante y espantoso, horrible y tremendo.
Epoca. Este libro es una noble batalla contra las dos principales fuerzas del mundo: la crueldad y la estupidez del ser humano.

Alemania

Quick. Un documento asombroso.
Westermanns Monatshefte. Nadie se había atrevido a criticar el tabú de la Ciencia tan enérgicamente. A partir de ahora los viviseccionistas tendrán muchas dificultades para encontrar un solo argumento a favor de la experimentación animal.

Suiza

Nebelspalter. De este libro emanan un gran poder de persuasión y una excepcional competencia.
La Suisse. Con este libro, el novelista Hans Ruesch arroja una bomba que desafortunadamente no es ficticia. Denuncia los crímenes de la vivisección en unos términos que por primera vez serán capaces de convencer incluso a las personas que no se preocupan en absoluto por los animales.

Gran Bretaña

Daily Express. Es una opinión que yo siempre había tenido antes de leer el libro de Hans Ruesch. Es una horrorosa denuncia de la vivisección que se practica en la actualidad, que define como cruel e inútil… Nuestro país fue el primero que reguló la vivisección por ley en 1876, y ha llegado el momento de que volvamos a plantearnos la cuestión.

Francia

Lyon-Matin. El libro demuestra que las afirmaciones viviseccionistas son un monstruoso fraude que es posible gracias a la connivencia de la todopoderosa industria farmacéutica y de una medicina que ha vuelto la espalda a Hipócrates.


INFORMES Y VENTAS EN MÉXICO:

martes, 5 de julio de 2011

Ciudadanos europeos demandan la abolición de la vivisección

CIUDADANOS EUROPEOS DEMANDAN LA ABOLICIÓN DE LA VIVISECCIÓN



Con base en fundamentos científicos, ciudadanos europeos demandan la inmediata abolición de la vivisección en Europa.
Los invitamos a que visiten su sitio (http://www.stopvivisezione.net/), en el cual se explican los motivos por los que piden al parlamento europeo abolir la vivisección en Europa. El sitio está en 5 idiomas, entre ellos el español.
Aunque la petición de firma está dirigida a ciudadanos europeos es importante que todos estemos enterados de tan trascendente demanda. Es importante señalar que esta demanda es promovida no por una organización en particular, sino por ciudadanos conocedores del daño que la vivisección causa a la salud humana. También es importante que esta iniciativa nos sirva de ejemplo. No podemos seguir apoyando la farsa de los métodos “humanitarios” en la investigación; ni la farsa de las 3 R’s; ni la farsa de los comités de bioética: debemos exigir la abolición de la vivisección. Si un método es erróneo, responsable directo de catástrofes a la salud humana y además retrasa el verdadero progreso de la ciencia, tal método no debe ser reformado, sino ABOLIDO.
Se insta a que se haga llegar esta información a todos sus conocidos europeos, con el fin de que firmen la petición. Pero también es importante que esta información llegue al mayor número de personas.
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PETICIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO PARA ABOLIR LA VIVISECCIÓN EN EUROPA
A la Comisión Europea, al Consejo de la Unión Europea, al Parlamento Europeo
En favor del cuidado de la salud de los ciudadanos y del medio ambiente, en favor de la seguridad y del desarrollo de la medicina,
Se pide:
La abolición, y la inmediata eliminación, de cada una de las formas de vivisecciones, o experimentaciones con animales, porque son métodos obsoletos, sin validación científica y que no ofrecen garantías científicas para el cuidado de la salud y de la seguridad, en todos los ámbitos actuales o potenciales donde están aplicadas o podría estar aplicada; inclusive:
- en el desarrollo y la fabricación de dispositivos y productos y todas las sustancias naturales, de transformación y de síntesis, destinadas a los más diversos sectores industriales y no industriales, así como en la realización de pruebas para comprobar su calidad, eficacia y
Seguridad; 
- en la investigación básica en las ciencias biomédicas o conductuales, que tienen como objetivo  final el estudio del hombre, de sus enfermedades y de su psicología;
- en la investigación translacional o aplicada, y cada actividad de investigación que tenga como intento la prevención, profilaxis, diagnóstico o tratamiento de enfermedades humanas, y la evaluación, detección, regulación o modificación de las condiciones fisiológicas en los seres humanos; 
- en la  ciencia veterinaria que tendrá que estudiar enfermedades espontáneas y no forzadas, en  las reales  condiciones de vida de los animales, y  sus comportamientos, según los fundamentos de la moderna ciencia etológica, en favor del progreso  y de la eficacia de una rama fundamental para el cuidado del medio ambiente; 
- en todos los ámbitos que tienen como objeto final el lucro, los ámbitos bélicos, de estudios, de didáctica y demostrativos;
- en todos los criterios de validación de sistemas  científicos de análisis, diagnosis e investigación;   ofreciendo la posibilidad  a las industrias y a los laboratorios de garantizar el efecto benéfico o dañino de las soluciones a través de sistemas eficaces, que no se basen en ninguna manera en la ambigua experimentación con animales. Asimismo médicos e investigadores tendrán la posibilidad de progresar de verdad en los conocimientos de las enfermedades humanas y de sus potenciales tratamientos.
En más de un punto la normativa europea se refiere a la hostilidad de la opinión pública hacia la experimentación con animales.
Como la Unión Europea está basada en gran medida en la voluntad de los ciudadanos, expresada a través de las instituciones nacionales y comunitarias, esperemos que no sea rechazada esa voluntad, que se refiere a uno de los derechos fundamentales del hombre: el cuidado de su salud y del medio ambiente y su libertad de elección.

sábado, 18 de junio de 2011

AURORA - EL SUEÑO DE LA LIBERACIÓN

DESPUÉS DE CONSEGUIR UN ESPACIO PROPIO, POR PEQUEÑO QUE SEA, EN LA PRENSA, EN LA TELEVISIÓN Y EN LA WEB, EL TEMA DE LA VIVISECCIÓN FINALMENTE TAMBIÉN LLEGA AL CINE.

Aurora - El sueño de la liberación, es una película dirigida por Piercarlo Paderno que cuenta la historia de una joven que entra a formar parte de un grupo que libera animales de los laboratorios.


En el mundo descrito en la película de Piercarlo Paderno –nuestro mundo– ley y justicia no siempre coinciden.
Aurora, el sueño de la liberación, es el primer largometraje de Piercarlo Paderno, joven director bresciano comprometido desde hace años en diversos proyectos de ayuda a los animales, como la construcción de un refugio no lejos de Brescia (Italia) y la lucha por la clausura de los criaderos de perros destinados a la vivisección.
Sea de estas experiencias, sea de las muchas historias leídas y vividas, nace la idea de rodar una película, donde Aurora, la protagonista, casualmente conoce a un grupo de personas que libera a los animales de los laboratorios y se une a él. Comienza así su viaje al interior de un mundo donde la justicia no tiene nada que ver con la ley y donde la lucha por la libertad está antes que cualquier otra cosa.
Un filme dedicado e intenso que involucra por la fuerte temática social sobre la cual todos estamos obligados a reflexionar.

Trailer Oficial de Aurora


domingo, 12 de junio de 2011

El fracaso de la investigación médica y científica


El fracaso de la investigación médica y farmacéutica

Milly Schär-Manzoli

 
No existe ningún medicamento desarrollado mediante experimentación animal que no pueda:

a) Producir efectos colaterales, que a menudo son peores que la enfermedad que el medicamento tendría que curar.

b) Hacer crónica la enfermedad que tendría que curar, logrando sólo resultados paliativos.

10,000 víctimas de la Talidomida, 30,000 víctimas del Clioquinolum (Centoxin), 10,000 víctimas de la Fenilbutazona, decenas de miles de víctimas de la Estreptomicina, del Cloranfenicol, del Aminofenazol, del Phenacetinum (Ketorolaco, Triazolam), del Paracetamol, del Metaqualonum (Droxicam), de las Benzodiazepinas, de la Reserpina, etc., son más elocuentes que cualquier comentario. Si hubiera que mencionar todos los daños provocados a los pacientes por medicamentos derivados de la experimentación animal, necesitaríamos una enciclopedia. Daños que pueden tener como consecuencia la muerte o enfermedades crónicas.

Las víctimas no son solamente los enfermos, sino también personas sanas; por ejemplo, los vacunados, los que a causa de las vacunas contraen enfermedades neurológicas, cáncer o parálisis. O personas ligeramente indispuestas, que, sin saberlo, arriesgan su vida y su salud para curarse un resfriado, una gripe o para aliviar una neuralgia. [En los libros Guía de los medicamentos y las vacunas y Prevención y curas naturales de las enfermedades infecciosas hay una lista de algunos de estos daños, mientras que en el libro Prevención y cura de los procesos tumorales están mencionadas las sustancias y bienes de consumo derivados de la experimentación animal que causan cáncer en los seres humanos].

La investigación con animales se basa en un error fundamental: el de creer que el cuerpo animal se puede comparar al cuerpo humano. En realidad, no existe un modelo de laboratorio válido, ni en medicina humana, ni en medicina veterinaria, ni tampoco en cualquier otro sector de la investigación. Las razones son numerosas y se pueden resumir como sigue:

1) Las enfermedades artificiales producidas en un laboratorio son utópicas y abstractas, y no existen en la naturaleza;

2) Cada individuo reacciona según sus condiciones psico-físicas del momento;

3) El estrés y la angustia a los que están sometidos los animales de laboratorio alteran las reacciones y el progreso;

4) El ADN de los animales es distinto del de los hombres.

Experimentando con animales, los errores se acumulan, se confunden y se multiplican hasta generar el caos. Sería muy fácil verificar esto, ya que los mismos experimentos, repetidos en diferentes muestras de animales (no sólo de especies diferentes, sino también de la misma especie), generalmente dan resultados distintos. Probablemente mucha gente se da cuenta de esto, incluso en los ambientes viviseccionistas, pero prefieren callar estos datos contradictorios y disparatados, ya que la experimentación animal hace por razones legales y económicas y está basada en la ilusión con respecto a la ciencia.

En 1980, el Prof. Kurt Fickentscher escribía: “Normalmente, las pruebas con animales no sólo no contribuyen al control de los medicamentos, sino que tienen exactamente el efecto opuesto” (Diagnosen, marzo, 1980). Un efecto que, entre todos los que puede provocar un medicamento, es el único indiscutible y constante y que se traduce en daños concretos y visibles para el paciente.

Los datos proporcionados por la Oficina Federal de Estadística son, tal vez, los más indicados para comprobar el fracaso de la investigación médica y farmacéutica que se basa en el uso de animales. Todas las enfermedades por las que esta investigación ha sacrificado el mayor número de animales han aumentado visiblemente; se puede decir que enfermedad y mortalidad en el hombre aumentan en proporción directa al empleo de animales en la investigación.

He aquí algunos ejemplos: las muertes por diabetes, leucemia y enfermedades cardio-vasculares han aumentado en, aproximadamente, el 300%; las enfermedades mentales el 700%; la artritis ha aumentado el 10,200% (diez mil doscientos por cien); las muertes por cáncer de próstata el 700%; por cáncer de mama el 300%, etc.

Y todo esto durante el último medio siglo, en un periodo en que la población suiza ni siquiera se ha duplicado.

Pero estos datos, que tendrían que ser mostrados a toda la población para probar el fracaso del método de investigación que ella misma financia con sus contribuciones, oficialmente no son dados a conocer al gran público. Al contrario, se publican otras noticias, falsas pero más provechosas, sobre los presuntos éxitos de la experimentación animal, y los nuevos medicamentos “milagrosos” que, invariablemente, son retirados del mercado después de las habituales catástrofes. Pero tampoco aquí hay problema: por cada medicamento retirado hay siempre otro nuevo, probablemente tan peligroso como el primero, pero igualmente milagroso.


Schär-Manzoli, Milly, Holocausto, ATRA – AGSTG, Suiza, 1996, pp. 139-141.

domingo, 10 de abril de 2011

Animales en la investigación médica

Animales en la investigación médica: una atrocidad pseudocientífica


“Nadie se da cuenta mejor que los propios vivisectores de que las torturas sistemáticas que practican, sean cuales sean sus motivos y sean cuales sean sus resultados, no serían aceptadas por la gran mayoría de la gente, sin importar el grado de egoísmo de ésta, si todo el mundo estuviera plenamente informado. Esa es la razón por la que insisten en trabajar detrás de puertas cerradas, incluso en Estados Unidos. Tal actitud debería ser suficiente para descalificar su postura.” –Hans Ruesch





¿Qué es la vivisección?

Literalmente significa el corte de animales vivos, pero hoy en día es un término que abarca toda clase de experimentación con animales. Esto incluye las pruebas de medicamentos o de otras sustancias químicas, experimentos psicológicos, tales como la privación de comida, de agua, y de sueño, o la aplicación de descargas eléctricas. También se podría incluir la mutilación, o la práctica de remover quirúrgicamente partes de un animal e injertarlas en el cuerpo de otro.
Actualmente, existen varias definiciones: “La vivisección se refiere a todo tipo de experimentación en animales vivos, se hagan cortes o no”. (Enciclopedia Americana, Edición Internacional, 1974). Y “En términos generales, es cualquier forma de experimentación con animales, especialmente cuando provoca agonía. (Merriam webster, 1963).

¿Cuántos animales son utilizados?

Ésta no es una pregunta fácil de responder debido a los secretos que encierra la vivisección. En Gran Bretaña, las estadísticas del propio gobierno indican una disminución del número de experimentos, de alrededor de 5 millones a mediados de los años 70, a alrededor de 3 millones hoy en día. 
En el 2004, las cifras de los informes de Estadísticas de Procedimientos Científicos en Animales Vivos (Statistics of Scientific Procedures on Living Animals) indican que se realizaron 2.78 millones de “procedimientos”, más de 60,000 el año anterior, realizados en cientos de establecimientos autorizados para realizar experimentos en todo el Reino Unido. Estos experimentos que causaron dolor, sufrimiento, agonía y daños permanentes fueron realizados para la “investigación médica” principalmente y para propósitos de enseñanza en menor medida.
La mayoría de los animales no recibió anestésicos. Los animales también son utilizados en la investigación militar, pero, desafortunadamente, a causa de los secretos encerrados en esta área de la investigación, el número de animales utilizados no está incluido en la cifra total, pero probablemente es muy numeroso.

¿Qué especies de animales son utilizadas y de dónde vienen?

La principal fuente son los criadores de animales de laboratorio. En 1993, doce tenían instalaciones en el Reino Unido, autorizados solamente para criar animales con ese propósito, mientras que a algunos de los establecimientos autorizados para realizar experimentos les fue permitido criar y abastecer a los laboratorios.
En Gran Bretaña, los animales utilizados supuestamente son, por ley, criados con ese propósito, aunque hay evidencia que indica que animales callejeros o abandonados (“macotas”) terminan en los laboratorios de vivisección. En muchos estados de Estados Unidos los vivisectores pueden obtener animales de las “perreras” de forma legal.*
La gran mayoría de los animales utilizados son ratas y ratones. Estos inteligentes y sensibles animales son utilizados como materia prima experimental. También se utilizan gatos, perros, aves, peces, animales de granja (caballos, vacas y ovejas), hámsters, cobayas, monos, tortugas, armadillos y hurones. En realidad, es difícil que alguna especie haya escapado de las manos de los vivisectores.

¿Por qué se utilizan animales para los experimentos?

La presunta intención de quienes realizan y permiten la experimentación con animales es que supuestamente ayudan a encontrar tratamientos efectivos y “curas” para enfermedades humanas y para proteger a la gente de sustancias químicas que podrían resultar peligrosas para su salud. Ésta es la premisa fundamental por la cual la vivisección no sólo ha existido por más de cien años, sino que se convirtió en la gigantesca industria que existe hoy en día.
Pero un análisis más detallado de los hechos no justifica la argumentación de aquellos que dicen que la investigación con animales es “un mal necesario”. Que no se puede escoger entre “un perro o un bebé”, como los defensores de la vivisección nos quieren hacer creer. Ciertamente, no se necesita ser un experto para darse cuenta que la vivisección es, como dice el ex vivisector y profesor Pietro Croce, un “error metodológico”, el cual ha llevado a la medicina por mal camino y que, finalmente, nunca será un beneficio para las personas.
  
¿Por qué la investigación con animales no puede ayudar a la gente?

La continuidad de la vivisección está basada en tres argumentos básicos.
El primero, que es posible recrear una enfermedad en un animal; lo que los vivisectores llaman un “modelo animal” de una enfermedad humana. Sin embargo, es imposible. Por ejemplo, para tratar de recrear artritis humana en un animal, los vivisectores inyectan químicos en sus articulaciones, y así obtienen los síntomas de la artritis: inflamación dolorosa de las articulaciones. Y se aplican descargas eléctricas en cerebros de monos al intentar la réplica de la epilepsia humana, y así se producen algunos de lo síntomas de la epilepsia, como convulsiones y crisis epilépticas. 
La pregunta sigue siendo: ¿estas enfermedades creadas artificialmente tienen algo en común con las enfermedades que ocurren de manera natural en los humanos? Obviamente, la respuesta es: no, no tienen nada en común. Las enfermedades mencionadas anteriormente surgen de manera espontánea en los seres humanos, a veces, debido a factores desconocidos, aunque sabemos que la exposición a ciertos factores ambientales y estilos de vida no saludables durante varios años son el origen de muchas de las enfermedades que afligen a la humanidad. De cualquier modo, no tienen nada en común con las enfermedades creadas en los animales en laboratorios. Los humanos no desarrollan artritis por inyecciones de sustancias químicas en las articulaciones, tampoco desarrollan epilepsia como resultado de descargas eléctricas en el cerebro. Del mismo modo, un cáncer creado artificialmente en un animal no es de ninguna manera el mismo cáncer desarrollado espontáneamente en un ser humano.
En resumen, ¿cómo demonios podemos encontrar tratamientos mediante el estudio de animales que ni siquiera tienen la enfermedad desarrollada de manera natural? La respuesta es que no podemos. Recordemos también que a menudo los vivisectores hablan acerca de la creación de enfermedades “similares”, pero en el mundo de la ciencia verdadera la palabra “similar” no tiene sentido. La trágica consecuencia de la obsesión de los investigadores ha llevado a la medicina por mal camino una y otra vez. De por sí, la salud humana está empeorando en muchas áreas, y mucha gente padece de mala salud más que nunca, mientras que las curas, que nos prometieron que llegarían por resultado de la experimentación en animales, están tan lejos como lo estuvieron hace muchas décadas, a pesar de los gastos colosales y de las vidas de los animales. 
La segunda afirmación falsa de los defensores de la vivisección es que es posible aprender sobre el cuerpo humano y sobre cómo trabaja, al observar animales cuadrúpedos, peces y/o aves.  Por ejemplo, los intentos de los vivisectores para aprender más acerca del sistema inmunológico del ser humano (el sistema natural que nos protege de las enfermedades) por medio de la experimentación con animales, pero el sistema inmunológico de los animales es diferente del de los humanos. Los perros pueden beber agua de charcos sin correr ningún peligro, mientras que los gatos pueden limpiarse a sí mismos lamiendo la suciedad de sus cuerpos y las ratas pueden prosperar en la suciedad de las alcantarillas.
Pero no sólo el sistema inmunológico es diferente del de los animales, sino que también lo es el sistema cardiovascular. La estructura de nuestra piel, de nuestros ojos, de nuestros músculos y huesos también es diferente. Socialmente también somos diferentes y tenemos necesidades alimentarias distintas. Todas las especies son distintas genéticamente.
La tercera afirmación falsa que apoya a la vivisección es que es posible predecir reacciones humanas ante medicamentos y otras sustancias químicas al probarlas en animales. Sin embargo, en los animales no se pueden predecir las repuestas a los medicamentos debido a las diferentes reacciones que tiene cada especie y a las diferentes velocidades en las cuales los medicamentos son eliminados de sus cuerpos. En el Reino Unido todos los medicamentos son probados en animales antes de proveerlos a las personas. La consecuencia de esto es que los periódicos están reportando, casi diario, la eliminación de algún medicamento o también algún otro efecto adverso que, a veces, ha provocado horribles y paralizantes efectos secundarios y hasta la muerte. De hecho, un estudio del Diario Médico Británico (British Medical Journal) informó que unas 10,000 personas podrían estar muriendo cada año como resultado de medicamentos “seguros” en el Reino Unido, con un costo para el Servicio Nacional de Salud Británico (National Health Service) de cientos de millones de libras. Probablemente, la verdadera situación es mucho peor.
Recientemente, hubo un caso muy mencionado de un medicamento que causó terribles efectos secundarios en seis hombres y que posteriormente fueron trasladados a cuidados intensivos. Los responsables de realizar las pruebas de ese medicamento parecían asombrados que  tal cosa pudo haber sucedido, considerando que el medicamento había pasado por todas las pruebas con animales. La realidad es que los medicamentos “seguros” están provocando la muerte y dañando a un innumerable número de personas cada año, precisamente porque las pruebas con animales son  incapaces de predecir la reacción que tendrán los seres humanos. 
Se estima que en los hospitales, una de cada seis camas está ocupada por una persona a la cual le fue prescrito un medicamento “seguro”, mientras que un 40% de los pacientes sufren de efectos secundarios como resultado de los medicamentos que les son prescritos.
En EE. UU., en sólo un año 100,000 personas murieron por medicamentos prescritos y otro 1.5 millones de personas fueron hospitalizadas como consecuencia de los medicamentos recetados por sus médicos.
Los experimentos con animales no sólo no pueden dar una predicción real de las reacciones al medicamento sino que también debería ser recordado que es imposible saber si los animales estaban sufriendo muchos efectos secundarios, aún si reaccionaran del mismo modo que los humanos, los animales no pueden hablarnos. Por ejemplo, sería imposible saber si un animal estaba sufriendo depresión o alucinaciones.

También debe considerarse lo siguiente:

Incluso especies de animales “similares”--ratas y ratones-- han mostrado variar en sus reacciones enormemente en experimentos idénticos.
Esos experimentos idénticos en especies similares han tenido resultados diferentes como consecuencia de haber tenido diferentes materiales para dormir en sus jaulas.
Cuando 19 agentes carcinógenos del ser humano (sustancias conocidas por causar cáncer al ser humano) fueron probados en animales, se descubrió que sólo 7 provocaron cáncer; un éxito de tan sólo el 36.8 % -- de hecho uno podría obtener mejores resultados si se lanzara una moneda y, por lo menos, se acertaría el 50 % de las veces.
Pero no sólo los medicamentos y las vacunas son “probados” en animales; algunos contaminantes del medio ambiente se les considera como inofensivos después de ser probados en animales, lo cuales posteriormente causan daño a la salud humana. A principios de los años 90, hubo mucha difusión acerca del pesticida llamado benomilo, que ha sido señalado como la causa de los nacimientos de bebés sin ojos, mientras que la preocupación se ha planteado con relación a los organofosfatos que causan problemas de salud a los granjeros que están expuestos a insecticidas.
Se sospecha que el carbaril, otro pesticida, es la causa de tumores cerebrales en niños y de la disminución en la producción de espermatozoides.

       
Víctima del Benoxaprofeno –un medicamento probado “satisfactoriamente” en animales….



El factor que conecta a estas peligrosas sustancias químicas es que todas han sido clasificadas como “seguras” después de haber sido probadas en miles de animales, demostrando que no puede haber una peor forma de probar químicos nuevos . Y aunque ocasionalmente la ingesta forzada de cantidades masivas de estas sustancias han dado  resultados similares en animales de laboratorio, expuestos al medicamento de la compañía Chemie Gruenenthal, después de que su medicamento, la Talidomida, causó severas malformaciones en 10,000 bebés en los años 50 y en los años 60, cualquier sustancia, ingerida en grandes cantidades, incluyendo la sal o el azúcar, eventualmente alterará el organismo lo suficiente para causar cáncer o deformidades. Finalmente, si una u otra especie animal reacciona al medicamento del mismo modo que un humano es sólo después de su propia reacción.
El “valor” de los experimentos en animales para probar químicos nuevos es su flexibilidad. No sólo proporcionan la facilidad para que los medicamentos potencialmente peligrosos se consideren “seguros”, sino que también sirven para justificar cuando provocan daños a la gente. En esos casos, los fabricantes de los  medicamentos sólo dicen que “se han hecho todas las pruebas de seguridad”. Como explicó el profesor Croce en Vivisection or science; a choice to make, cualquier sustancia puede ser “segura” dependiendo en qué especies animales ha sido probada.
El hongo Amanita, que es mortal para los humanos, es un manjar para los conejos.
Los gatos morirán si son alimentados con limones, al igual que si ingieren la Aspirina.
El olor del ácido prúsico puede matar a una persona, mientras que para los sapos y ovejas resulta un poco embriagante.
La penicilina, que es inofensiva para los humanos, es mortal para las cobayas.
El arsénico, sustancia favorita de los asesinos, puede ser tolerado por las ovejas.
La vitamina C es esencial para los humanos. Si se elimina de la dieta de perros, gatos y ratas, se mantendrán saludables, ya que su organismo produce su propia vitamina C.
En otras palabras, ya que la vivisección no es ciencia, y ya que representa un método de investigación no sólo inútil, sino también peligrosamente erróneo, ¿cuál es el punto de tratar de encontrarle una “alternativa”?, ¿podría ser un método igual de inútil? La respuesta es que primero la vivisección debe ser abolida para que los métodos genuinos de investigación aplicable a los seres humanos puedan ser introducidos o desarrollados, al utilizar los bastos recursos que actualmente son desaprovechados.

ALGUNOS MEDICAMENTOS “COMPLETAMENTE SEGUROS”:

El Clioquinol provocó ceguera y/o parálisis en por lo menos 30, 000 personas, mientras miles más murieron.
 La Isoprenalina utilizada en aerosol en los inhaladores para asmáticos provocó la muerte de por lo menos 3, 500 niños.
 El Eraldin causó daño de córnea, ceguera y 23 muertes.
 El Opreno fue el responsable de 61 muertes y de lesiones serias en 3, 000 personas.
 En los años 80, los medicamentos para el corazón Ecainida y Flecainida causaron unas 3, 000 muertes.
 El Orabilex causó daños en riñones y algunas muertes.
La Metacualona causó trastornos psíquicos severos y provocó por lo menos 366 muertes, principalmente por asesinato o suicidio.
 El Estilbestrol causó cáncer en mujeres jóvenes.
 Los medicamentos para el asma, provocan la muerte de alrededor de 2, 000 personas cada año.
Hay más, muchos más, incluyendo la Talidomida, el  Zelmid,  el Manoplax, el Zomax, el Suprol, el Osmosin, el Flosint, el Debendox y el Myodil. 

¿No son las vacunas el resultado de los experimentos con animales?

En efecto, las vacunas son desarrolladas y probadas en animales por seguridad.
Sin embargo, a pesar su aceptación casi universal por la gente y por los médicos, no hay ni una sola prueba que respalde la afirmación de que las vacunas son seguras o eficaces.
Por el contrario, hay pruebas abrumadoras que demuestran que las vacunas resultan tanto ineficaces como peligrosas. Nos dieron como “prueba”, en cuanto al supuesto valor de las vacunas, que la viruela fue erradicada gracias a la vacunación, y sin embargo, los hechos no corroboran lo anterior. En 1838, una campaña de vacunación masiva causó un fuerte brote de viruela, por lo tanto fue prohibida. Las muertes disminuyeron rápidamente y hubieran disminuido a cero alrededor de 1870 si no hubiera sido por el parlamento que fue persuadido para imponer la vacuna de la viruela en 1867, provocando una gran epidemia de viruela nunca antes vista, con 42 mil muertes por año. Después, la enfermedad disminuyó de manera natural y fue eventualmente eliminada por aislamiento, la mejora de las condiciones de salubridad y la higiene en los años 20.
La viruela, como todas las enfermedades infecciosas, fue erradicada por factores sociales y no por vacunación. Y aún hoy en día, estas enfermedades --a pesar de las campañas de vacunación masiva-- comienzan a aumentar de manera alarmante cuando la higiene, la buena alimentación y la sanidad disminuyen, como ocurre actualmente en algunas partes de Occidente con la tuberculosis. Los resultados de una vacuna BCG “antituberculosa” aplicada en India en los años 70, demostró que no sólo no previene la enfermedad, ¡sino que hubieron más casos de tuberculosis en los grupos que fueron  vacunados que en los grupos de control que no lo fueron!
Según algunos científicos, médicos, y profesionales dentro de la comunidad de salud alternativa, los efectos conocidos o sospechados de la vacunación incluyen asma, eczema, esclerosos múltiple, alergias, cáncer, leukaemia, muerte infantil, meningitis y diabetes juvenil, así como comportamiento violento, hiperactividad, dislexia, autismo y retraso mental. Esto está respaldado por la realización de las vacunas compuestas a través de una selección de moco, orina, heces, sangre, aluminio, mercurio y formaldehídos que representan una agresión a aquellos cuyo sistema inmunológico está, a menudo, en su etapa más crucial de desarrollo.
Además, existe la amenaza de una vacunación de virus de animales que se transmiten a los humanos, como sucedió en los años 50 y en los 60 cuando millones de personas fueron infectadas por vacunas contra la polio contaminadas con el virus SV40 (causante de cáncer) que no fue detectado en los órganos de los monos que fueron utilizados para preparar la vacuna.

¿No es gracias a los experimentos con animales que ha aumentado la esperanza de vida?

Aunque la esperanza de vida apenas ha cambiado entre los de mediana edad en cincuenta años, el número de personas afectadas por enfermedades ha aumentado.
Dice lo siguiente el defensor de la salud Patrick Rattigan:
“…Hoy en día una cuarta parte de la población tiene enfermedades permanentes. Enfermedades tales como cáncer, diabetes, artritis, alergias, enfermedades mentales, enfermedades cardíacas, y muchas otras más. Sabemos que existen más de 30,000 enfermedades y están aumentando“.
“Los defectos de nacimiento aumentaron un 15% en cinco años, mientras que el 14% o tiene o tendrá cáncer, se espera que la cifra aumente a 50% para el año 2020. Si la actual “investigación“ no se abandona a favor de la prevención del cáncer y a favor de la investigación clínica genuina, es posible que el cáncer afecte al cien por ciento de la población en el próximo siglo, a pesar del hecho de que se calcula que el 85% de los cánceres son prevenibles.”
“La leucemia, el asma, la diabetes, la epilepsia, la depresión, el alcoholismo, la violencia social, la delincuencia, y los problemas de aprendizaje están fuera de control”. 

Mono inmovilizado en un aparato esterotáxico.



¿Pero de dónde vienen las enfermedades?

Aunque los estilos de vida pobres pueden ser los culpables de un alto porcentaje de las enfermedades que nos afligen, los productos de los laboratorios de vivisección --medicinas, vacunas, pesticidas, herbicidas y decenas de millones de otras sustancias químicas-- también son culpables de la mala salud; Todas esas sustancias se han clasificado como “seguras” al probarse en animales, algunas son culpables del daño ambiental, contaminación de los ríos, lagos, y suelo, al matar animales, aves, árboles y peces. 

¿Existen alternativas para la experimentación con animales?

El profesor Croce resumió en su libro Vivisection or science; a choice to make “¿Hay métodos que ofrecen una alternativa a la vivisección? ¡Claro que no! La razón exacta por la cual decimos que no hay “alternativas” para la vivisección es que un método tiene como objetivo reemplazar a otro y que debe tener las mismas características. Pero sería difícil encontrar (en el campo de la investigación biomédica) algo igualmente falso, engañoso y erróneo como la vivisección ha sido en el pasado, y continúa siéndolo en el presente”. 
Y es un hecho que algunos de estos métodos genuinos ya existen, incluyendo técnicas en tubos de ensayo, en células humanas, tejidos y cultivo de órganos, computadoras, epidemiología e investigación clínica --el estudio de los seres humanos que desarrollan enfermedades espontáneamente y el cual es responsable de todos los avances en medicina a lo largo de los años. Pero de ninguna manera deben ser confundidos con los métodos falsos y engañosos de la investigación realizada en los laboratorios de vivisección.

¿Qué leyes protegen a los animales de laboratorio?

Las leyes que regulan los experimentos con animales están regidas en el Animals (Scientific Procedures) Act of 1986. En teoría, estas leyes están establecidas para asegurar que sólo sea “necesario” el uso de animales cuando no haya otra opción disponible, a través de una serie de permisos que deben tener vivisectores e instituciones que practican la vivisección. Supuestamente, también deben proteger a los animales del abusos a través inspectores del Home Office, pero cuyo número es mínimo comparado con el número de instituciones y personas con permisos para llevar a cabo experimentos con animales. Pero mucha gente argumenta que las leyes fueron establecidas principalmente para proteger a los vivisectores, y de hecho hay que señalar que el Act prohíbe revelar lo que ocurre en los laboratorios de vivisección.
Sin embargo, lo más importante es que, independientemente de cualquier número de  leyes que podrían estar establecidas supuestamente para proteger a los animales de laboratorio, los animales no deben estar en los laboratorios por la simple razón de que la experimentación animal no es ciencia y de que no tiene ninguna utilidad para las personas enfermas. 

Si los experimentos con animales son inútiles, ¿por qué siguen existiendo?

La simple respuesta es que siguen existiendo por dinero. Una industria enorme ha sido construida alrededor de la vivisección, la cual depende completamente de la gente que no sabe la verdad.
Hay cientos de proveedores de animales de laboratorio, uno de los más grandes es Charles River en EE. UU. Y tiene filiales en todo el mundo. Esta industria alimenta a millones de ratones y otros animales por sí sola, y al hacerlo produce una ganancia de aproximadamente 12 millones de dólares cada año. Esto es, simplemente, un gran negocio.
 Cientos de otras empresas proveen jaulas, comida, material para las jaulas, aparatos para experimentos, bebederos, electrodos, bisturís, dispositivos de retención, etc.
 Las innumerables corporaciones químicas y farmacéuticas de ganancias multibillonarias son dependientes no sólo de un estado de “sin cura”, sino también de las engañosas pruebas con animales.
 Pero para asegurar la continuación de esta industria multibillonaria, la verdad es raramente revelada. Las nuevas agencias son bombardeadas con informes de grandes avances que se encuentran “a la vuelta de la esquina” --que usualmente implican vivisección. ¿Pero cuántos de nosotros nos detenemos a pensar en el futuro? o simplemente ¿qué pasó con aquellos “grandes avances” que nunca han llegado? Las opiniones que difieren de la vivisección pocas veces tienen acceso a los principales medios de comunicación, lo cuales, debemos recordar, dependen en gran medida de la publicidad para su perduración. Gran parte de estos anuncios (medicamentos, cosméticos, químicos, etc.) pertenecen a industrias que experimentan con animales para comercializar sus productos. El BAVA también ha revelado la influencia empleada dentro de los principales medios de comunicación, tales como la BBC, la cual tiene varios vínculos cercanos con la industria de la vivisección, sus defensores, y un grupo de presión: el Research Defence Society
(El Research Defence Society es un grupo de presión cuyo objetivo principal es informar acerca del uso de animales de laboratorio y defender la vivisección en medicina.)
  
¿Qué puedes hacer para detener la vivisección?

Infórmate.
Informa a los que te rodean, incluyendo tu familia y amigos a través de la información que se encuentra en la página www.vivisectionfraud.com
No compres productos probados en animales. Lee el reverso de los productos.
No contribuyas con las organizaciones benéficas que financian la vivisección.
 En el próximo año, otros tres millones de animales sufrirán y morirán en los laboratorios de experimentación, en pruebas tanto inútiles como crueles. El destino de esos animales está en manos de gente como tú. Tú tienes el poder de cambiar las cosas. Tal vez no es posible de un día para otro, pero si suficientes personas bondadosas exigen cambios, éstos llegarán sin duda alguna.
 Muchas grietas en el sistema están apareciendo. Más gente se niega a participar en los experimentos con animales, mientras que un gran número de médicos cuestionan la validez de estos experimentos con un nuevo informe de Europeans for Medical Progress que muestra que ahora más del 80% de los médicos tienen dudas acerca del valor de la experimentación con animales. Hoy en día, en algunos países, los estudiantes de medicina pueden decidir no participar en las clases que implican disección y vivisección, y muchas escuelas de medicina están abandonando sus laboratorios de vivisección.
 El debate sobre la vivisección está entrando en una arena política. Actualmente, más de 200 sociedades de protección médica han pedido una evaluación independiente de la importancia de la investigación con animales, dado el hecho que ningún estudio ha sido realizado para comprobar que la vivisección es científicamente válida, ¡a pesar del hecho de que nuestro sistema del cuidado de la salud está basado en ella!
 Mientras tanto, grandes campañas de Grass Roots, grupos a favor de los derechos de los animales y grupos antiviviseccionistas están persuadiendo a las compañías de evitar la mala publicidad al manifestarse frente a las instalaciones de experimentación con animales. Es evidente que algunos cambios significativos ya están ocurriendo, pero la abolición de la vivisección depende de mucha gente que se haga escuchar.
Por favor, ayúdanos a acabar con la vivisección.


El contenido de este libreto es parte del libro Animals in Medical Research: A Necessary Evil?




* En México, muchos de los animales que llegan a los antirrábicos o “perreras” tienen como destino final los laboratorios de vivisección. “En los antirrábicos de nuestro país está totalmente extendida la entrega de animales para investigación…” afirma la periodista Liliana Dircio en su reportaje, y añade más adelante: “De hecho, es uno de los motivos para realizar redadas caninas: la entrega de animales a laboratorios”. Para más información véase el reportaje: “Binomio de crueldad: antirrábicos y experimentación animal en la Ciudad de México” de Liliana Dircio, en la revista Tiempo Animal No. 1.